Aprendiendo hipnosis (2da parte) “Bolsa de canguro”

Aclaración: Se recomienda leer con música de fondo para aumentar la sensación de cercanía.

https://open.spotify.com/track/28FvLA0GzWlwx8TSTqds9v?si=1d365d1fed064e0d

(Me before you Orchestral – Craig Armstrong)

Refrescando memorias: “Toda comunicación es hipnótica”.

Y lo primero que se viene a mi mente es la cantidad de cosas que digo por minuto, por día; que le digo a otros, pero principalmente que me digo a mi misma… ¿Qué me digo?

Creo firmemente que la primera conversación hipnótica del día, tiene que ser conmigo misma: “hacia adentro”.

Me digo muchas cosas, me cuestiono, me juzgo, dudo de mi. Y está bien, los que estamos en esto sabemos que eso jamás deja de pasar. Sólo lo integro, me lo permito y le doy la bienvenida, como un huésped más.

Mientras me leas te invito a que dejes entrar a esa versión de vos que quiere surgir, que quiere sanar…

Por momentos no sabrás hacia donde van mis palabras y también está bien, es la idea que tu mente consciente se quede descansando por un rato y sea tu mente inconsciente la que se quede a jugar con nosotros.

¿Qué pasaría si te dijera que a medida que escribo estas palabras para vos también me las repito una y mil veces? Pero sólo hasta que comienzan a tomar sentido, ahora, en cuestión de segundos.

Es como si te preguntara: ¿Quién sos si no sos tu trabajo, si no sos tu carrera, si no sos tu pareja, si no sos tus bienes? Si alguna de esas cosas desapareciera, quizás se caerían tus estructuras.
Y… ¿qué quedaría? Otra vez, sí, quedás vos, con lo puesto. 

Y quizás parece muy abstracto lo que digo… ¡Espera! en unos renglones todo irá tomando forma, todo irá encontrando su lugar.

Ahora pasamos a ser como una obra en construcción: “Estamos en proceso”.

Lo que hasta ayer nos daba sentido, se ha desmoronado pero sólo es cuestión tomar un lápiz, dibujar y empezar de nuevo.

Nos vemos en ese boceto, en ese plano, empezamos a conocernos y comenzamos a darnos cuenta que todo lo que una vez dejamos que afuera nos diera seguridad, nos trajera paz, hoy podemos generarlo desde adentro, con nuestros propios cimientos.

Podría enseñarles muchos ejercicios sobre hipnosis, pero lo que quiero que se lleven hoy es una manera de hablarse distinto. Hablamos, perdonamos, pasamos página, siempre en sincronía con otro. Hoy, mi propuesta es de auto aplicación. Si pudiesen darse otra oportunidad ¿cuál sería?

Siempre que me preguntaban que animal me representaba decía el canguro, con su bolsa lista para poder llevar, abrigar y cuidar a alguien más, siempre algún ser más indefenso, alguien necesitado de ese calor.

Si me preguntaran hoy quién soy, no lo sé, pero sé que ya no quiero seguir abrigando canguritos si no puedo primero abrigarme a mi misma, elegirme primero, cuidarme y saber que puedo también dejar mi bolsa vacía para poder hacer lugar para algo nuevo, para algo mejor, quizás más liviano…

Mientras escribo me corrijo y no lo borro, porque esto es lo que me hace ser perfecta: mis imperfecciones…

Quizás quiera seguir siendo un canguro.. Hoy puedo verlo, firme parado frente a mi, lo imagino y comparo mi postura con la suya. Y ¿qué pasa cuando lo veo, cuando me veo en el canguro? Cuando me escucho diciendo: “Sabes que sí, quizás siga siendo en algunos contextos como el canguro con su bolsa llena, pero esta vez toco mi barriga, y me doy cuenta que pesa, que estoy cansada, que hay cosas que quizás quiero dejar de cargar”.

 

A veces cuando dejamos que las metáforas hablen por nosotros, que los animales aligeren nuestra carga, que sean ellos los que ponen en palabras lo que nos pasa y no podemos decir directamente, también estamos haciendo hipnosis, y nuestro inconsciente participa en el proceso así que, la pregunta sería: ¿Qué más es posible?

Desde mi parte racional, los canguros transportan y tienen una carga extra.
Si me permito investigar un poco más, descubro algunas cualidades: tienen una cabeza pequeña y unas patas traseras grandes y poderosas, pies aptos para saltar hasta 8 metros y cola larga y musculosa que permite mantener su equilibrio. Alcanzan una velocidad de hasta 70 km por hora, gracias a la fuerza de sus patas. Son incapaces de caminar hacia atrás. Uno de los datos curiosos de los canguros es que no sudan. Entonces, ¿cómo se adaptan al calor? Lamen sus patas y luego se frotan el pecho con ellas. Así consiguen reducir su temperatura corporal.

Imagina por un momento que tu metáfora es la mía, imagina que vos como yo, estamos empezando a conocernos y que ya ni siquiera somos conscientes de si hablamos de un canguro, hablamos de vos o de mi, eso ya no importa.

Estamos empezando a descubrirnos, a descubrir eso que teníamos claro que no nos gustaba de nosotros como la barriga del canguro, o todo aquello que lleva dentro; y ahora nos damos cuenta que también podemos notar que tenemos otros dones que ni siquiera conocíamos.

Imagina que puedes elegir quitar el foco de lo que te genera cansancio, de lo que te duele, de lo que está allí y no depende de vos cambiar.

Permítete decirte: “ah mira, tengo una cola larga y musculosa”… ¿Qué saltos quiero dar a partir de ahora?

Y oye: “es que no tengo la capacidad de caminar hacia atrás”… ¿Qué camino tomarías si el único que queda es hacia adelante? ¿Qué postura tomaría tu cuerpo si ya no estuviera mirando hacia atrás? Hacia lo que no fue, hacia lo que no pudimos o hacia lo que ya no está.
Si a partir de ahora nuestra cola nos permitiera encontrar el equilibrio que estamos buscando.

Lamo mis patas y las froto en mi pecho, ¿qué es lo que empiezo a sentir? Sería como regularme desde adentro, desde mi perfecto sistema en armonía. Dejando que mi cuerpo se acomode solo…

Mis patas grandes y poderosas me están permitiendo pararme distinto, hacia lo que viene, un nuevo paisaje, un animal distinto, una manera de hacer arte única, danzando, descansando, silenciando los ruidos, volviendo a escuchar mi interior.

Me pregunto hasta ahora: ¿cuál fue tu metáfora? ¿qué es lo que te estaba identificando hasta este momento? ¿Cuáles eran esas cualidades que antes veías como defectuosas?

¿Qué pasaría si mi canguro dejara de verse la barriga y levantara la vista sabiendo que hay todo un bosque por recorrer? Que puede contemplar como los colores del paisaje se rinden a sus patas fuertes y enormes, además, al ver tanta naturaleza pudiese dejar de escuchar todo y sólo concentrarse en la brisa salpicando sus orejas… Sentir la libertad, la velocidad, la fuerza y la endereza de saber que le da la bienvenida a lo que sea que el paisaje le traiga.

Ahora si engendra vida, porque la siente y su cuerpo es el que le permite transformarse, trasmutar su peso en ligero equipaje, respira la liviana libertad, siente como su barriga se llena de calma, porque ahora se reconoce, ahora sabe que sus dones son únicos, y son los que lo diferencian de otra especie.
Ahora sabe quién es, y sabe qué es capaz de lograr.

Respira y siente el cambio.

Así como yo puedo transformar mi metáfora vos podés hacer lo mismo con la tuya, o quizás te das cuenta de que es momento de cambiarla… ¿Quién dice? Infinitas posibilidades…

 

Sofía Marcomini

Trainer en PNL

Open chat
1
¡Hola!
¿En qué área de interés te gustaría desarrollarte?